Sangre, bilis, huesos, metal, nervios y carne.
Choque de cadenas en la espina dorsal.
Grasa y semen, cuero y látex.
El cuerpo humano resiste más dolor del que podemos imaginar, todo por acercarnos al placer supremo.
El orgasmo definitivo.
En esta misa negra manchamos el piso con jugos humanos; el pudor queda de lado para atisbar el vacío (la Nada) en pos de alcanzar el Augoeides.
Todo esto y más en una conversación en los pasillos del videoclub.
Los muchachos se pusieron pérfidos y parieron una gran sesión.
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