Adolfo Suárez, representante de la UCD, se convierte en el presidente de la primera legislatura constitucional de la democracia española. La Cámara baja le ha otorgado su confianza y será el encargado de capitanear la política en un periodo protagonizado por la crisis económica, la inestabilidad social y el terrorismo. En este contexto, los parlamentarios catalanes y vascos elaboran sendos proyectos de estatuto de autonomía. En el terreno internacional, las nuevas autoridades islámicas ejecutan a cientos de opositores tras su toma del poder, todo ello en el marco de las revoluciones iraníes.