En agosto de 1941 el teniente Robert Everett, piloto de la marina británica, se ofreció voluntariamente para realizar una extraña y peligrosa misión. Probar un nuevo invento que podrÃa haber puesto a los submarinos alemanes contra las cuerdas, el primer caza impulsado por cohetes del mundo. La misión de Everet consistió en un vuelo de ida en mitad del océano Atlántico. Un grupo de cientÃficos aliados trabajó en el diseño de ese prototipo y de varios otros con el ánimo de superar la mejor tecnologÃa del régimen nazi con despegue vertical, propulsores cohete y alas que dificultaran la detección.