A mediados de diciembre de 1944, Hitler jugó su última baza en Las Ardenas, una descomunal ofensiva en la zona comprendida entre Bélgica y Luxemburgo, con la que pretendía aislar a los Aliados. El Mariscal de Campo Otto Moritz Walter Model, un fiel servidor del Führer, lanzó una dura ofensiva contra las fuerzas aliadas, lideradas por el general norteamericano Omar Nelson Bradley, que fue literalmente “cogido por sorpresa“ por los alemanes.