La Batalla de Berlín, una de las batallas finales de la Segunda Guerra Mundial entre la Alemania Nazi y la Unión Soviética, trajo como consecuencia directa la rendición incondicional de Alemania ante el Ejército Rojo. Los soldados soviéticos, no obstante, tuvieron que pelear casa por casa durante toda la batalla, a pesar de su superioridad numérica. Las operaciones se iniciaron mediado el mes de abril de 1945; el avance incontenible de las tropas de la URSS permitió que el mariscal Zhúkov, quien se mantuvo en permanente contacto telefónico con Stalin, consiguiera ser el primer comandante de la zona de ocupación soviética en Alemania. Finalmente, tras el suicidio de Hitler en el búnquer en la tarde del 30 de abril, el día 9 de mayo de 1945 el mariscal alemán Wilhelm Keitel firmaría ante Georgy Zhúkov el acta de rendición oficial de Alemania.