La ofensiva alemana fue apoyada por varias operaciones subordinadas conocidas como Unternehmen Bodenplatte, Greif, y Währung. La pretensión de Alemania con estas operaciones era partir por la mitad la línea aliada de fuerzas británicas y estadounidenses, tomando Amberes y luego embolsar y destruir cuatro ejércitos aliados, forzando a los aliados occidentales a negociar un tratado de paz en favor de las potencias del eje.4 Una vez logrado esto, Hitler podría concentrarse totalmente en el teatro oriental de la guerra.
La ofensiva fue planeada con el mayor de los secretos, minimizando el tráfico de radio y moviendo tropas y equipamiento al amparo de la oscuridad. Aunque Ultra sugería un posible ataque y el personal de inteligencia del Tercer Ejército estadounidense predijo una gran ofensiva alemana, los aliados fueron tomados por sorpresa. Esto ocurrió en parte por un exceso de confianza aliada, preocupación con sus propios planes ofensivos y un reconocimiento aéreo deficiente.