El gran dique seco de San Nazaire era el único en toda la costa atlántica de la Europa ocupada lo suficientemente grande como para reparar el gigantesco buque de guerra alemán Tirpitz. Si fuese posible inutilizarlo, las oportunidades de incursiones nazis amenazando la costa atlántica británica se reducirían notablemente. El 26 de Marzo de 1942, el destructor británico HMS Campbeltown, con varios comandos a bordo y cargado con explosivos, emprendió una osada misión con este objetivo