La luna, parece un páramo estéril pero no lo es, es una mina inmensa repleta de tesoros. Los primeros mineros lunares podrían convertirse en los primero billonarios del mundo. Ha comenzado una segunda carrera por llegar a la luna pero no entre los estados más poderosos sino entre empresas privadas. Los magnates lunares tendrán que darse prisa ya que una nueva superpotencia se está moviendo y no es otra que China y será la última tecnología no militar la que decida quien gana esta carrera y reclama para si las riquezas de la luna.