En los meses anteriores a la liberación, las expectativas de la resistencia eran inmensas. Pero, entre los conflictos internos y la unificación, la inestabilidad se apoderó del movimiento. La mayoría soñaba con que la liberación posibilitara un nuevo orden político y social, mientras que otros temían el poder de los comunistas. Las decisiones que tomaron las principales fuerzas aliadas, sin embargo, marcaron ya el destino de muchos países.