Hanna Reitsch, uno de los personajes más legendarios y admirados por el Führer, fue la piloto de pruebas más osada de la Luftwaffe.
Se convirtió en una heroína de su tiempo: fue la única mujer condecorada con la Cruz de Hierro de Primera Clase y la última piloto que despegó de Berlín antes de la caída de la capital en manos de los soviéticos.