La pandemia de influenza de 1918 mató a cerca de 50 millones de seres humanos y su paso por el mundo dejó una estela de muerte y terror. Una de las cosas más terroríficas sobre esta pandemia es que jamás supimos qué fue lo que la causó; en efecto, la relación de los virus con la gripe sólo se estableció de manera clara en 1933 y la identidad del virus que causó la peor pandemia de la historia fue conocida recién 80 años después. Los secretos de ese virus pudieron ser revelados gracias a Lucy, una mujer Inuit que vivió en una remota aldea en la costa de Alaska y hoy les contaré su historia.