René ve el espectáculo callejero protagonizado por una jovencita llamada Soledad, su hermanito Tribilín y su abuelo Hilario, y queda maravillado por la belleza y talento de Soledad. Ante el desprecio y la oposición de Gladys, decide que será Soledad la mujer que educarán para poder acceder a la herencia de su abuela. Para lograr convencer a Soledad y su familia, se hace pasar por un agente artístico.