La noche previa a la mudanza, René visita a Solita, quien le dice que, aunque se siente feliz por la nueva vida que está a punto de iniciar, un oscuro presentimiento la llena de tristeza. Después de compartir un momento juntos en el que se dicen lo mucho que se admiran, René besa la mano de la jovencita ingenua, lo que provoca una reacción inesperada.