Ahora que René y Solita se han confesado su amor y se han convertido en novios, al joven lo carcome más que nunca la culpa por la mentira que aún sigue gobernando para conseguir la herencia de la abuela. René también le advierte de las malas intenciones de Gladys. Virginia le advierte a Leticia que si tratan mal a los nuevos inquilinos todo puede perderse.