Las primeras referencias que nos encontramos, nos llevan hasta el siglo 16.
En 1570, el Doctor Caius escribe el libro Perros Ingleses. Los describe como perros humildes, que viven en los techados y que tienen por alimento lo que sobra a los de clase alta, los sabuesos.
También dice de ellos que tenían un caracter un tanto gruñón y que se les consideraba perros de mozos de cuadra y que se les llamaba así por su habilidad para arrastrarse por la tierra, meterse en las madrigueras y morder a tejones y zorros y sacarlos de ellas.
La Federación cinológica internacional los encuadra en el grupo 3, Terriers, en la sección 2, Terrier de talla pequeña, y los describe como un perro de trabajo fuerte, activo, de mucho carácter, con un cuerpo flexible y de largo medio, cuyo hábil movimiento va con su aguda expresión. Su manto puede ser corto, duro o quebradizo y su proporción, en conjunto, rectangular. Más largo que alto. Y haciendo mención explicita a que además de ser de trabajo es perfecto para la compañía.