AGUA DE CALZÓN

Es de las cosas que jamás podría creer si no lo hubiese vivido, después de estar acostado durante unos minutos esta señora pasaba sus manos por encima de mi cabeza, poniendo unos inciensos alrededor mío y parecía que hacía un tipo de danza, en el que encendía unos habanos, los ponía su boca y después echaba el humo en mi cara… al hacer eso me dieron unas ganas increíbles de vomitar, no lo podía resistir, y cuando intenté sentarme para intentar vomitar, esta señora aventó los habanos hacia un costado, para con su mano derecha tomarme de los cabellos y con su mano izquierda sus dedos los introdujo a mi boca, créanme no paraba de vomitar, no podía abrir mis ojos, esa sensación era asquerosa, sentía que no podía desde mi estómago, pero esa señora hacía algo con sus dedos que sentía que jalaba poco a poco y eso hacía mi estómago aventara todo lo que tenía dentro...

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