El coraje que me dio en ese momento me hizo levantar la temperatura. Tanto que se me notó en la cara, y mi amigo me lo hizo saber.
—No te enojes —dijo mi amigo.
—A esta me la voy a revolcar y después le a recordar este día —le dije a mi amigo.
Él se rio por lo bajo, considerando que solo fue un comentario en caliente. Pero de verdad me había decidido en darle su merecido. Con un profesional en el tema, le practiqué un amarre sexual a Camila. Contraté a una bruja, quien antes de realizar el hechizo tiró las cartas para saber de ella. Aquella bruja me advirtió que
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