Intenté seducirlo y convencerlo de que solo yo podría hacerlo feliz, pero mientras más me acercaba más me rechazaba, era imposible que me aceptara como mujer. A veces, parecía que me tenía miedo. Si hacía algún movimiento repentino, él se asustaba, y yo no entendía por qué. Le hablé una y otra vez de que ya estábamos juntos, de que nos conocíamos de toda la vida, y que no tenía sentido conocer a otras personas teniéndonos a nosotros, pero no quiso entrar en razón. Luego de un mes, me explicó que ya no deseaba tener novia. Pero, yo si quería ser su novia, porque en realidad, él no lo sabía, pero ya estábamos más unidos que una pareja. Pasábamos la mayor parte del tiempo juntos, éramos más una pareja que otra cosa, pero nunca lo vio de esa manera.
Tuve que conseguir más dinero, contacté de nuevo con la bruja para un cambio de planes. Le pedí un amarre
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