EL DOLAR Y EL ALTAR

Se escuchó que esa voz se alejaba con un llanto muy lastimero, lleno de mucho miedo, de repente se hizo un breve silencio, la cara de doña Remedios continuaba con sus ojos cerrados, pero su rostro tomó una forma demoniaca, su cabello se le erizo hacia los lados como si tuviera electricidad, empezó hacer extraños gruñidos con su boca a la vez que se balanceaba hacia Rosario como si quisiera con sus manos pálidas y casi huesudas apretarle el cuello. Ella se asustó y se alejó de aquella mujer que parecía ésta vez poseída

Empezó hablar con una voz grave como salida de una película, para Rosario en ese momento, le parecía estar experimentando una escena de un capítulo del exorcista.

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