LA SANTA CONTRA LA SANTA

Era la silueta de una persona alta saliendo de mi casa, pese a la oscuridad y a que todavía mi visión no se acostumbraba, la ví perfectamente; salió por la puerta del patio y se fue caminando por la calle, su forma de andar era extraño, pues parecía deslizarse en vez de caminar, un largo manto más negro que la oscuridad lo cubría. Una vez que llegué hasta la puerta, y mientras veía a esa cosa alejarse, escuché los sollozos de mi madre desde el interior; corrí a toda prisa, y apenas abrí la puerta ella dió un grito de terror que se escuchó en toda la cuadra. Tuve que abrazarla y decirle que era yo para que dejara de gritar, temblaba y lloraba desconsoladamente diciendo que alguien había entrado a la sala donde ella estaba, a los pocos segundos llegó uno de mis vecinos alertados por los gritos para saber qué había pasado, pero ni siquiera yo entendía....

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