Nunca olvidare esos rostros, descarnados y sus bocas abiertas gritando.
Quería pararme y salir huyendo de ahí, regresar a casa de mi prima pero simplemente no podía ni pararme, completamente petrificado, mudo y temblando como gelatina, sentí un líquido caliente correr por mis piernas no pude evitarlo.
Solo las lágrimas fueron testigo de mi terror y mi completa petrificación.
Una mano que golpeó mi espalda me hizo gritar y volver la mirada hacia atrás !!
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