Cuando tenía todo listo fui a ver a la señora. El camino se me hizo eterno, sentía que me había bajado la presión, pero estaba decidida a hacerlo. Cuando llegué al hogar de la bruja me recibió con una amplia sonrisa. Le di el dinero, el mechón de cabello, y la fotografía. Ella tomó el mechón y quemó un poco del extremo sobre la llama de una vela negra. Con el pequeño humo que salió del mechón lo bañó en la fotografía. Le pregunté que le iba a pasar a Roxana, tampoco quería que la matara, solo que la alejara de Fabián, pero ella con un gesto me obligó a guardar silencio...
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