El padre Marcos, preocupado por ella, intentó visitarla en más de una ocasión. Mi tía lo rechazaba, lo odiaba. Tuvimos que pedirle que la dejara sola, aunque él seguía preocupado por su bienestar por respeto a los años de amistad. Cuando el padre Marcos dejó de venir a casa comenzaron a suceder cosas extrañas. Veía a mi tía hablar sola. En más de una ocasión creíamos que pensaba en voz alta o que nos llamaba, pero nos preocupamos cuando detectamos que
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