La vergüenza no me permitía avanzar, y fue que algo en internet llamó mi atención. El agua de calzón. Tenía entendido que era un hechizo que se usaba desde una mujer a un hombre y no al revés. Así que, decidí investigar a fondo. Luego de horas de buscar en sitios webs, videos de YouTube, anécdota en Facebook, finalmente logré sacar patrones en común. Mi razonamiento fue, que, si ella se sentía atraída por mí, yo tendría el valor de declarar mis intenciones para algo serio. Así que puse manos en práctica. Lo que si fue incómodo es que el agua de calzón debe de ser una la ropa interior luego de 3 días de uso como mínimo. Y ciertamente, yo tengo la costumbre cambiarme a diario. Pero bueno, me sacrifiqué y lo hice. Debí de emplear agua de río. Hervir en una olla y colocar la prenda dentro. Me dio asco al principio, pero luego lo olvidé
Hosted on Acast. See acast.com/privacy for more information.