UNA BRUJERÍA NEGRA

En los días siguientes me quedé en la casa para cuidar de mis hijos, pero solo era algo temporal, ya que debía regresar al negocio, no podía permitirme vivir solo de la pensión que me pasaba mi ex esposo, por lo que debí buscar a una señora que se hiciera cargo de la casa y del cuidado de mis hijos. En tres de meses mi vida había cambiado completamente, no entendía que era lo que estaba ocurriendo, en el día vivía en una mezcla de odio, tristeza y frustración, mientras que en las noches era atormentada con pesadillas, en donde personas que no conocía me torturaban y se reían de mi, despertaba en la madrugada con el cuerpo cubierto de sudor, y pequeñas marcas en mi piel, como si de quemaduras de cigarrillo se tratasen; Mis hijos tampoco podían dormir bien, al igual que yo también despertaban en la madrugada por las pesadillas, las cuales en ocasiones coincidían con las mías, nada tenía un sentido coherente, me estaba volviendo loca sin entender lo que estaba ocurriendo...

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