Uno puede cometer un crimen de sangre de tantas maneras como se puede dibujar una casa. La creatividad que tenemos para cometer actos delictivos es impresionante, y es gracias a los criminalistas que podemos descubrir quiénes fueron los artistas de estas siniestras obras de arte, sus motivaciones y gustos. Hoy escucharás tres historias en las que los criminalistas se inmiscuyeron en escenas de lo más dantescas.
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